Esta aeronave de ataque supersónico, después de cumplir 38 años de servicio en la Fuerza Aérea Colombiana, pasó a ser parte en el año 2012 de las aeronaves que exhortan el espíritu aeronáutico en el alma mater de la oficialidad de la Institución. Durante ocho años aproximadamente, el campo de paradas de la Escuela Militar de Aviación ha sido engalanado con la presencia de un poderoso M-5.